jueves, 11 de abril de 2013

Ciudad Otaku – J’Fest


Un día tranquilo en la ciudad otaku comienza con un buen desayuno, café, tocino, papas, unos fabulosos hot cakes con fresas y mucho, mucho chisme, grandes sorpresas y un futuro prometedor, pero antes de terminar el día había que dar una vuelta por el J’Fest 4


Como bien sabemos la comunidad otaku es variada y activa, no todo es anime hentai, aunque para algunos de nosotros prácticamente es lo único, pero también hay elementos más cercanos a las masas como la música, la ropa y el arte que están involucrados con el anime y el manga.

En pocas palabras puedo describir al J’Fest 4 como “animoso”, es un evento que a todas luces busca crecer, si bien no ha llegado a niveles de clase mundial, debo decir que es un evento que pone atención a sus propias experiencias, aprende de sus errores y busca evitar otros diferentes; al final del día, busca crecer.

También hay que recordar que los eventos no le pertenecen 100% a quien los organiza, la experiencia completa también es enriquecida por quien se lanza a la aventura y decide vivir un poquito más al límite: el público.


Konata sensei me educó ampliamente y siempre es bueno recordar algunos de sus puntos esenciales para disfrutar un evento: siempre lleva agua. Las filas pueden o no ser larguísimas, pero hasta la más pequeña espera puede ser inclemente bajo los rayos “tostadores” del señor Sol. Así que este viejo lobo de mar acompañado por mi joven aunque no tan inocente sobrina, llamémosla Jay-chan (Jay como Homero), no tuvo que sufrir lo que cualquier otro novato en su primer evento, expo, convención o similares, habría sufrido.

En primer lugar la fila parecía interminable, dándole toda la vuelta a una manzana completa y eso era sólo para comprar el boleto. Por suerte su servilleta había comprado los boletos con semanas de anticipación así que nos formamos en una fila considerablemente menor y que se movía con mayor agilidad, el agua fresca hizo lo suyo, además no nos dejamos engañar por las über piteras playeras que nos ofrecían en las afueras de la Expo-Reforma, seguramente adentro debía haber algo mejor, lo prometieron.


El sol no daba tregua y ya no bastaba con un poco de agua, nuestra vecina de fila en un “over-all” de panda (kawaii) parecía un horno ambulante, para lo cual, los años de experiencia mostraron otra vez su valor y zas! deploy-umbrella-technique una sombrilla en la mochila es tan útil como unos cuantos metros de soga en AD&D.

Ya hidratados y bajo una agradable sombra seguimos avanzando en nuestra fila y realmente pocos minutos después nos encontrábamos dentro del J’Fest. Como ya he dicho, es un evento que está en crecimiento, por lo que no me parece justo criticar las fallas, pero están a tiempo de no perder el camino y seguir mejorando para lograr lo que siempre hemos merecido, un evento de categoría y calidad, mis expectativas apuntan que por ahí del J’Fest 10 al 15 deberíamos tener tal nivel.

Dejando a un lado el zangoloteo del piso cuando los ánimos se alzaban por la buena música hay que decir que ello es debido a la arquitectura del lugar, y nada tiene que ver la paranoia de quien escribe por hacer un agujero bajo el piso por el cual camino, o sea, no me digan gordo.

Con relación a la música en vivo debo decir que me sorprendió, por momentos sentí que los hijos no reconocidos de Panteón Rococó habían tenido a bien reunirse con aquellos amigos nippones fanáticos de la cumbia y lograron algo por demás interesante. Mucha ropa que en general era para chicas jóvenes y bellas, nada para los peludos barrigones como yo, pero al final Jay-chan también disfrutó el evento, mucha música de sus adorados Bigbang y una mochila que al parecer fue lo que la hizo más feliz.


Debo decir que un verdadero acierto fue la calidad y originalidad mostrada por los amigos de Tatoki y en general la gran oferta de “chunches” de todo tipo y para todo presupuesto. Desde calcomanías de a 5 varitos de las que Jay-chan y yo nos llevamos puños, hasta obras de arte original, DVD’s, cd’s con booklets de fotografías para la verdadera chica fan del J-pop y conexas.

Y para los adultos paseadores de sobrinas que nos toca pagar, fue una verdadera alegría ver que algunos sitios contaban con terminal bancaria pues los dvds de SNSD no iban a salir nada baratos. De cualquier manera es un esfuerzo muy positivo de parte de la comunidad al cual no le debemos perder el ojo. ¿Ustedes asistieron? ¿Cuáles son sus impresiones (o quejas) de este evento?

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