Los seres mitológicos acompañan de alguna u otra manera a todas las sociedades del mundo, desde principio a fin, los mitos y leyendas son relatos que se divulgaban, en primer lugar, en forma oral pasando de una generación a otra. Narraciones que nacían espontáneamente como una expresión innata de una raza o pueblo, dado que estos sentían una necesidad de crear una imagen del mundo y manifestar una fe. Había cosas que no podían explicar con palabras simples y habituales, y por esta razón inventaban historias sobrenaturales. Así nacieron infinidad de seres, personas e historias que vienen a explicar todo aquello que no lograban entender por completo. También estas historias sirven para conocer un poco mejor la naturaleza humana en sí, los placeres y sentimientos más oscuros, tales como la avaricia, el odio y la lujuria. Si se los comienza a enumerar podemos hacer una larga lista de todos estos seres: fénix, grifos, pegasos, elfos, fantasmas, hadas, duendes, unicornios, hombres lobos, minotauros, manticoras, sirenas, hidras, ninfas, cíclopes, dríadas, y dragones entre otros. En este informe voy a hablar de los Yōkai.
Yokai
Estos seres son una clase de criatura de la cultura japonesa, sus versiones varían desde un demonio pequeño hasta mujeres poderosas y malvadas. Morfológicamente hablando su forma física varía mucho, algunos tienen facciones y características humanas y otros son completamente animales. Los Yōkai son generalmente más poderosos que los seres humanos, y debido a esto, tienden a actuar con arrogancia sobre los mortales, muchas veces les generaban conflictos y los humanos incapaces de verlos y saber que era lo que los atacaba terminaban conducidos a la locura. Las leyendas cuentan que solo muy pocos humanos tenían el don de ver a estos seres y algunos se especializaban toda su vida para poder acabar con ellos.
Algunos yōkai prefieren vivir en las lejanías, lugares remotos donde evitan todo contacto con civilizaciones humanas, intentado llevar una vida tranquila. Pero algunos otros se sienten simplemente atraídos por los seres humanos y convivían con ellos. No todos eran malos o traviesos sino que hay algunos que eran considerados como de buena fortuna. Se caracterizaban por poseer ciertos poderes, entre ellos el cambio de forma, lo que les permitía hacerse visibles para aquellos humanos que no poseían el don para verlos, y a la vez hacer alguna que otra travesura.
Entre la tipología más aceptada de estos seres podemos encontrar los siguientes:
Kappa
Yūrei (幽霊) son los más similares a los fantasmas occidentales, espíritus de los muertos que no han encontrado la paz y quedan vagando en nuestro mundo. Siguen deambulando para perseguir a los vivos, ya sea por amores pasados, hambre o venganza
Yōkai (妖怪) son criaturas vivas, pero no humanas. Esto puede incluir aquellos seres con formas de animales, tal como el Kappa, y el Tengu.
Oni (鬼) demonios que son tomados directamente de la teología Budista. Son temibles seres con colmillos y cuernos que inspiraban temor a todos los que los veían.A pesar de su horripilante apariencia algunos tenían deberes específicos tales como rescatar a los inocentes, asustar a los malvados y hasta cuidar las mismísimas puertas del infierno.
Fushigi na Dōbutsu (不思議な動物) son traviesos espíritus animales, donde los más famosos son los zorros. Si bien son audaces y traviesos sus acciones no son malvadas a diferencia de otros Yokai. Los zorros por ejemplo, se creía que podían transformarse en humano y poseer a los incautos. Inari es una deidad con aspecto de zorro muy famoso en Japón, se pueden encontrar templos para calmarlo a lo largo de todo el territorio Nipón.
Sōrei (騒霊) son similares a lo que en occidente llamaríamos poltergeists. Estas criaturas tienen su origen en la creencia de que cada objeto, ya sea una piedra o un árbol, tiene esencia y vida propia. Y de aquí surgen seres como piedras que suelen gritar, o puertas con grandes ojos negros y hasta herramientas que cobran vida para perseguir a sus dueños.
Dentro de estos tipos los Yurei son muy particulares, dado que solían ser Hannya mask seres humanos, pero que luego terminaron convertidos en algo horrible y temible, esto solía ocurrir cuando morían en un estado extremo. Por ejemplo las mujeres muy celosas que terminaban asesinando a sus amantes y luego a ellas mismas, suelen tomar forma como fantasmas con máscaras hannya. Y persiguen por toda la eternidad a hombres con características similares a la de su amado, y en ocasiones haciéndole la vida imposible a las mujeres de estos hombres.
Algunas historias cuentan que los yokai se relacionaban con los humanos para tener Humanos mitad demonios. La mayor parte de estos cuentos comienzan como historias de amor, pero a menudo acaban con tristeza y muerte.
Rokurokubi: Otro tipo de humano y demonio es el Rokurokubi, este es un yōkai que durante el día parece un humano normal y corriente, pero por la noche adquiere la habilidad de estirar su cuello a grandes longitudes como una serpiente. También tiene la habilidad de cambiar su rostro al de un espantoso oni para asustar más a los mortales.
En su forma humana durante el día, suelen vivir como nosotros y pasar desapercibidos llegan a tener incluso cónyuges mortales y hacen lo imposible por mantener su secreto bien guardado. Pero tienen una necesidad por naturaleza de asustar y espiar a los seres humanos, cosa que les es difícil de resistir. Se dice que uno puede ser un rokurokubi sin ser consciente de ello, creyendo ser seres humanos realmente, y solo transformándonos en las noches mientras dormimos de manera inconsciente, recordando que en nuestros sueños veíamos la habitación u otros lugares en un ángulo extraño. A menudo, los rokurokubi son verdaderamente siniestros y malvados, ya que se comen a la gente o beben su sangre en lugar de limitarse a asustarlas.
Hyakki Yako
La leyenda sobre Hyakki Yako, que significa literalmente el Desfile Nocturno de los 100 Demonios, es una de las historias más conocidas en la mitología japonesa. Aparece por primera vez en un texto budista del siglo 13, donde se narra sobre la terrorífica noche en que una legión de onis, yokais y otras criaturas salieron del inframundo hacia la superficie. En una versión se dice que el desfile aconteció en la avenida Ichijo-dori de Kyoto a finales de los 1100s. Y el relato es el siguiente:
“A un joven de la nobleza se le ordena que debe desalojar su lujosa residencia ubicada en Kyoto, para mudarse de inmediato a la nueva corte imperial en Fukuhara. Mientras él está fuera, un sirviente de confianza queda a cargo del cuidado de su antigua casa. Una noche, el joven noble decide realizar una rápida visita, y ya estando cerca, de camino se encuentra con un enorme desfile de demonios. Rápidamente los demonios atacan el carruaje y lo sacan de la vía. Los alocados demonios asustan a sus sirvientes y liberan a los bueyes con el fin de perseguirlos por el campo. Mientras, el joven noble permanece ansioso dentro del carruaje, preguntándose qué hacer. Demonios y ogros, azules y marrones, rompen el techo con mazos, las ruedas con garrotes y palos, desgarran las cortinas con afiladas garras y roen la madera con puntiagudos dientes, y le prenden fuego. Pero a medida que lo que queda del carruaje es consumido por las llamas y el humo, el noble escapa sin ser visto con la ayuda de Buda. Una vez a salvo de la destrucción, se sienta calmadamente en medio de un prado y con sus ojos cerrados reza y canta sutras hasta el amanecer. Los demonios, incapaces de hacer frente a la luz del día, se dispersan para retornar a la oscuridad.”
Muchas personas han emprendido largos viajes y mucho tiempo investigando sobre este desfile, y se dice también que muchas personas dedicaron su vida a encontrarse con él, pero solo algunos peregrinos desafortunados se han topado con él.
Estos seres son tan populares hoy en día como en el pasado, si bien es obvio que hoy se los toma como una leyenda, muchas series de anime han tomado como personajes a yokais, podemos encontrarlos en: Inuyasha, Nurarihyon no Mago, Natsume Yuujinchou y Rosario + Vampire entre otros.
Fuente: elyoukaidiario
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