lunes, 25 de noviembre de 2013

Así estuvo el J’Fest 2013

El Vortex
Por: Lucy “HIKARI” Miguel
Fotos de Rocksmanx Advance

Largas filas para comprar comida, bebidas extrañas como agua de horo horo, stands repletos de peluches, juguetes, pelucas y artículos para adornar escritorios, era lo que se lograba ver en el autodenominado festival más grande de música asiática en México, o, como nosotros lo conocemos, el J’Fest.

 

Cierto es que le hace honor a eso del festival más grande de música porque hasta el momento no se ha conocido otra iniciativa igual; además, el esfuerzo, tiempo y dinero invertidos en el proyecto son evidentes desde que vemos el cartel de las bandas hasta la presentación de los invitados especiales traídos desde el lejano oriente.

Aunque no es una convención de historietas y anime, se alcanza a notar la influencia de algunos mangas o series japonesas en los asistentes, y ¡cómo no! Si es gracias a éstos que muchos nos convertimos en fanáticos de la j-music y el k-pop.

El evento llevado a cabo en Expo Reforma se dividió en tres áreas diferentes: dos dedicadas a Japón (Shibuya y Akihabara) y una más a la cultura coreana que cada día toma más fuerza (Hongdae).


Los pasillos de las tres áreas se veían repletas tanto el sábado como el domingo; aunque a algunos de los representantes de stands les daba la impresión de una afluencia menor que en otros años, a diferencia de los encargados de los puestos de comida asiática y, sobre todo el Maid Café, los cuales no dirían lo mismo.

¿Qué le faltó entonces al J’Fest para ser perfecto y cuáles fueron sus aciertos?

Qué sí

La organización para entrar al evento se lleva una paloma gigante, pues había diferentes stands que agilizaban el proceso de entrada entre quienes habían adquirido su jpass (para acceso ilimitado los dos días) y quienes habían comprado el pase normal.

El cuponero: que en un evento te regalen cupones de descuento para diferentes stands es una grata sorpresa, es como un reconocimiento a tu asistencia.


Los stands de comida: disfrutar de comida asiática difícil de encontrar en un día común también es un regalo. Las filas fueron inmensas durante todo el día y la atención también fue ejemplar, siempre con una sonrisa y hasta con servicio a la mesa en un pequeño Maid Café que llamó la atención de muchos (sí, masculino) asistentes.

Los cortes de cabello al estilo japonés y coreano, que incluían el corte, lavado, planchado o peinado.


Espacio para los clubs de fans: entre los que se encontraban los de los clásicos X-Japan, Asia Kung Fu Generation, L’arc en ciel, Arashi y los más modernos como Hanato y Kanjani 8.

La exposición de Agarwen: lo único que puedo decir es qué dibujos más espectaculares y qué padre haber tenido al autor dando autógrafos.


Las conferencias: anuncios de Madness Films, de Kokuban y de Crunchy Roll adornaron los escenarios y emocionaron a los fanáticos con los estrenos de clásicos filmes de animación japonesa en cines nacionales y series para el 2014.

Las presentaciones de bandas nacionales y cuerpos de baile: apoyar el talento mexicano siempre será un acierto, desde los grupos idols con jovencitas bailando en atractivos mini trajes hasta las bandas con el mejor rock en japonés deleitaron a sus seguidores y al público que los veía por primera vez.


Los invitados internacionales: la presencia de Aki Akane con un concierto en el que incluyó su habilidad para dibujar y escribir en español, y la presentación de Nemesis volviendo loca a más de una jovencita, son los eventos que marcaron esta edición y que nos hacen darnos cuenta de todo el trabajo detrás del J’Fest.


Qué no

Desde mi punto de vista, el J’Fest es una idea genial en muchos sentidos; el principal, pienso, es poder disfrutar de nuestros artistas favoritos completamente en vivo y por un precio muy bajo. Sin embargo, creo que aún le falta madurar, ¿por qué?

Más que un festival de música, me dio la impresión de estar en una convención, pero sin anime. Los stands de peluches, pelucas, juguetes, artículos varios y comida, estaban ordenados como si estuviéramos en la TNT o La Mole (pero sin anime).


Entiendo que ponerlos frente a los asistentes para que los vean antes de llegar al escenario es una buena justificación. No obstante, creo que el orden que les dieron restó importancia al evento como festival de música.


Prácticamente, el único stand vendiendo discos de música se encontraba en Shibuya y era Ichigo Pop. ¡Era el momento de consumir los CDs y DVDs de nuestros cantantes favoritos”, y no había una gran oferta.

Arriba les mencioné que un acierto fue darle espacio a los clubs de fans, pero el error fue colocarlos en las orillas lejanas. Aunque tenían carteles con colores, concursos y música, ¿cómo logras llamar la atención cuando los colocas lejos de todo lo demás? Durante el tiempo que estuve ahí, sólo un par de veces vi que se acercaran a ellos.


Los escenarios: Si estamos hablando de un festival de música, supondríamos que lo principal son los espacios donde se presentan los invitados, especialmente si vienen del otro lado del mundo. Sin embargo, creo que en esta ocasión, fue reducido y poco visitado. Los escenarios pasaron a un segundo plano.

Claro que, al mencionar todo esto, no adopto una postura negativa hacia el J’Fest y mucho menos demerito el esfuerzo de los organizadores, porque nadie se había atrevido a hacer algo como esto antes y porque entiendo perfectamente que no es cosa sencilla preparar un evento de esta magnitud, mucho menos gratis, especialmente cuando traes a grandes estrellas como Aki Akane y Nemesis. No obstante, creo que sí le hacen falta detalles que lo conviertan en el Festival de música que quiere ser.


Aplaudo el trabajo de los organizadores, aplaudo la asistencia al evento, aplaudo a los grupos que se presentaron y la presencia de las marcas y empresas que creen en este proyecto y lo apoyan. Sé bien que estos son los pasos necesarios para que después podamos disfrutar del J’Fest en otros lugares y no sólo en Expo Reforma.

Si asististe al J’Fest, cuéntanos cuáles fueron tus impresiones, qué fue lo que más te gusto y qué no. Y también dime si fuiste de los poquísimos afortunados que vio pasar a Aki Akane detrás de la multitud (como yo), o de los que sólo se fijó en el escenario y hasta que te dijeron lo sucedido supiste que prácticamente chocó contigo.

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