domingo, 24 de marzo de 2013

Crónica: Visita a Asakusa


Nuestro viaje a Japón ha estado lleno de sorpresas y aventuras. Tras largas jornadas logramos darnos un tiempo para asistir a Asakusa, un centro religioso de notable importancia en Tokio. Visitamos el templo y queremos compartirte un poco de una experiencia que nos encantaría que vivieras también.

Voy a empezar con una historia muy extraña, que me gustaría compartirles, es extraña porque dio pie a una coincidencia, las cuales a mí me parecen poco comunes. El año pasado estaba visitando también Tokio, en febrero para ser más precisos, mi abuelito estaba algo enfermo y yo sin poder hacer mucho ni en mi ciudad ni en Tokio, lo único en lo que pensé fue en ir en mi sábado libre a Asakusa a rezar por él y a dejar unas ofrendas. Un día antes de ese sábado, recibí un correo de mi familia diciendo que mi abuelito había fallecido, y tal como lo había prometido, fui a rezar al día siguiente a Asakusa, ya no a pedir por su recuperación, sino a pedir que estuviera en paz.

No soy una persona religiosa, pero no puedo negar sentir una vibra extraña cuando estoy rodeada de lugares tan imponentes como lo es Asakusa. Ahí se encuentra un gran Sensoji -templo budista- y se realizan muchos festivales culturales a lo largo del año, tales como Matsuris -festivales sintoístas- en dónde un amigo me contó que se realiza uno por temporada, en donde cada templo es el protagonista de una temporada diferente.

Para llegar debes tomar la Asakusa Line del metro y bajarte justo en Asakusa, saliendo se puede ver el Tokyo Sky Tree a lo lejos y el Asahi Beer Hall donde se encuentran las oficinas centrales de Asahi, ese edificio es reconocido como un gran ícono arquitectónico del Japón moderno.

Ésta es la entrada a Asakusa, ahí puedes encontrar una tiendita de Ghibli en la que venden muchas cosas demasiado lindas de casi todas sus películas -por lo menos las más famosas- y de seguro te llevarás algo.


Por la temporada primaveral hay muchísima gente. Justo el día que fuimos las flores de cerezo estaban en su más bonito esplendor, aparte de ser fin de semana; pero si no tienes prisa, pasarás un bonito rato caminando hacia los templos y entrando a las diferentes tienditas de recuerdos que hay a los lados. Dentro de las tiendas podrás encontrar llaveros, imanes, peluches, charms para celular, yukatas, zapatos tradicionales -Getas-, muchos dulces tradicionales y muchísimas cosas random.

 
 
 

Asakusa no es muy caro, es el lugar perfecto para comprar regalos “tradicionales” y no gastarse una fortuna, eso sí, tienes que tener bien en mente qué cosas vas a comprar, ya que puedes ir gastando de 500-800 Yenes en cada tienda y al final resulta que el presupuesto del día se fue.

Para comer hay muchos puestos de dulce, pan de melón, galletas, dango, canastas de fruta fresca, takoyakis… La lista consta de cosas dulces principalmente, pero no te apures, ya que en las calles de alrededor puedes encontrar restaurantes de comida completa, los cuales ofrecen menús con arroz y sopa desde 480 Yenes.

Te recomiendo ir bien hidratado y llevar una botella de líquido, si no llevas, también en las calles paralelas puedes encontrar “vending machines” con refresco, jugo, té y café. Les recomiendo en té con leche que es riquísimo 😀

Al finalizar la calle están los templos, y antes de  entrar a uno te puedes encontrar con “Omikuji” que es un bote con varios palitos de madera adentro los cuales tienen un número, lo que se debe de hacer es agitarlo y sacar uno, después hay unos cajones con los números escritos, buscas el cajón que corresponda al número que sacaste y sacas un papel que te dice tu fortuna. Para que se haga realidad, lo tienes que atar a la rama de un árbol o en este caso a un tipo “tendedero” que está justo al lado del puesto de Omikuji.

Me salió mala fortuna u__u


También encuentras puestos que venden varas de incienso, que puedes prender y llevar a un Khoro -quemador de incienso- y ahí llevas el humo del incienso a tu cabeza o abdomen, la creencia es que si llevas el humo a tu cabeza serás más inteligente y si lo llevas a tu estomago curarás males relacionados a esta área de tu cuerpo.

Es una gran experiencia ver a tanta gente en un mismo lugar compartiendo su cultura y sus tradiciones, para mí fue muy importante asistir a este lugar con mi papá y aprender cosas nuevas.

El camino y los alrededores de los templos estaban rodeados de flores de cerezo, la vista era increíble y el ambiente se sentía feliz, creo que no pudimos haber escogido un mejor día para hacer ese recorrido.

 

Regresando al porqué les iba a contar una cosa “extraña” en este post, y regresando a la historia de mi abuelito, justo el viernes mi papá y yo planeamos pasar el sábado en Asakusa, y mientras caminábamos por Shibuya, recibí un mensaje de texto de mi mamá diciendo que mi primo -muy cercano- había tenido un accidente y estaba grave. A las pocas horas falleció. Justo igual que el año pasado en un viernes… Mi fortuna en Asakusa no fue buena. Pero yo espero que si algún día visitan este hermoso país, la pasen increíble y su fortuna sea la mejor de todas.


Aproveché que la pareja estaba posando para otra cámara.

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