martes, 27 de octubre de 2015

[Reseña] Corea: La Tierra de la Calma Matutina llega al Museo Nacional de las Culturas


El rocío de la mañana llegó con la tan esperada apertura de la Sala permanente de Corea en el Museo Nacional de las Culturas, ubicado en el centro histórico de la ciudad de México.


Como la ocasión lo ameritaba, contó con la presencia del excelentísimo señor embajador de la República de Corea, Chun Beeho, quien en un emotivo discurso exaltó la importancia de este evento en el marco del 110 aniversario de la primera migración coreana a nuestro país, momento fundamental para el establecimiento de relaciones diplomáticas y comerciales entre ambas naciones.

“Buscamos que los intercambios culturales mutuos no sean parte de modas coyunturales, sino de políticas públicas sustentables. Es por eso que el gobierno de Corea y su Embajada en México harán siempre el mayor de los esfuerzos para enriquecer el acervo de la colección de este museo” – Chun Beeho


Gracias al apoyo de Korea Foundation, como lo comentó el Dr. Carlos Olvera, Director del Museo Nacional de las Culturas, es que la sala pudo ser restaurada para ser el recinto de excelsas piezas de arte coreano que expresan la relación armónica entre individuos, la comunidad y la naturaleza.


Por su parte la profesora Silvia Seligson, curadora de la Sala Permanente de Corea, comentó que la sala estaba dividida en cuatro principales secciones: ceremonias del ciclo de vida, creencias religiosas tradicionales, costumbres tradicionales y aportaciones, en esta se incluye tecnología, ciencia y expresión artística. Además cuenta con 110 piezas que datan desde el Neolítico hasta principios del siglo XX.


Otros invitados distinguidos fueron, la esposa del Embajador, la distinguida Anna Kim, la Mtra. Mónica Martí, Directora técnica de la Coordinación Nacional de Museos y exposiciones del INAH y el señor Chi Young Chan, Director del Centro Cultural Coreano.

 
 
 

Después de los discursos de bienvenida, los asistentes se reunieron para presenciar la apertura; en grupos fueron entrando para disfrutar de la magnífica colección que estaba instalada en la sala. La magia de la cerámica tradicional atraía a los visitantes, los hermosos hanbok, precisos instrumentos astronómicos, relojes sol, etc. Una muestra que es fuera de serie y que merece todo un día para ser apreciado adecuadamente.

 
 
 
 

La gala también contó con la presencia del grupo de música tradicional Kilori, quienes con su gran alegría dieron un espectáculo digno de los asistentes, los tambores hacían resonar el edificio, sus sonrisas y bailes lo decían todo: los mexicanos que integran el grupo sienten y viven con todo el corazón esta bella tradición.

SalaKorea

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Además, la ceremonia se vio engalanada por el porte y la figura del gran Lee Jong Ho, excelso bailarín de danza tradicional coreana, quien enfundado en un voluminoso traje blanco con rosado eclipsó a la audiencia con sus delicados y definidos movimientos al compás de su abanico.

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Los espectaculares números dejaron un excelente sabor de boca, pues el talento de verdaderos artistas con el de jóvenes músicos y bailarines mexicanos se había fundido de manera extraordinaria. Una noche memorable, que concluyó con una maravillosa muestra gastronómica coreana, la cual todos los asistentes pudieron disfrutar, para así terminar con el comienzo de una nueva etapa cultural entre México y Corea del Sur.

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